Cuidarse y recuperarse después del parto
El hecho de ser madre cambia la fisionomía de la mujer y mientras no se perciba algún signo de enfermedad no debe ser un problema. Es la propia mujer la que tiene la libertad de decidir cómo quiere verse a sí misma. Pero si es cierto que hay ciertos métodos que ayudan no sólo a cuidar su aspecto físico sino, y especialmente, determinados niveles de salud.
Ganar peso durante el embarazo es algo que viene de forma natural y es sano para la madre y para el bebé. Deshacerse de los efectos “secundarios” del parto es algo que también será posible. Así los kilos ganados, las estrías o un vientre no tan plano serán signos de ese embarazo y serán decisión de la mujer cómo actuar con ellos.
No es una obligación estar como se estaba antes del embarazo, salvo que pueda existir un problema de salud. Ganar más peso puede conducir a la mujer a problemas de diabetes y de corazón. Pero la bajada ha de producirse de forma gradual y supervisada por el especialista médico.
No se recomiendan las dietas rápidas en las semanas posteriores al parto ni durante los seis primeros meses de lactancia. En sí, dar leche materna puede ayudar a controlar el peso de la madre.
Pero si se quiere recuperar la figura que se tenía el esfuerzo deberá realizarse antes de que pase el primer año desde el parto ya que más tarde va a ser más complicado. Y también hay que consultar al médico si se decide tener un segundo bebé. La manera más recomendada de volver a controlar tu ganancia de peso es a través del cuidado de la alimentación y con ejercicios físicos.
En cuanto a la alimentación será muy recomendable que nuestra dieta se base en verduras, frutas y cereales, ya que la ingesta nos aportará minerales, vitaminas y pocas calorías. Además de aumentar nuestras defensas también ayudaremos con la mejora de nuestra piel y contra las estrías.
Las carnes deberán ser preparadas a la plancha y las verduras mejor salteadas, cocidas o al vapor y huir de los rebozados y las frituras, así como de las grasas saturadas y azúcares no naturales.
Evita las grasas saturadas, los azúcares refinados y cuida la forma de preparar los alimentos. Cocina las carnes a la plancha y las verduras salteadas, cocidas, al vapor o crudas, y en muy pocas ocasiones rebozadas o fritas.
Si comer es importante, beber, es más. Hidratarte sin aportar calorías es tu objetivo por medio de la bebida de unos dos litros de agua diariamente. Y lo más recomendable es comer de forma pausada, masticando correctamente y no excedernos en las cantidades.
El otro aspecto importante es el ejercicio físico. Siendo conscientes de lo complicado que pueden ser las primeras semanas de crianza del bebé, los efectos del parto y el acostumbrase a la nueva forma de vida es interesante sacar algo de tiempo para una misma. Y ese tiempo se puede dedicar al ejercicio físico.
No sólo servirá para recuperar la fuerza del organismo sino también a liberar la mente de la madre. Por supuesto el ejercicio deberá incorporarse a la rutina de la mujer poco a poco. Salir a caminar, la bicicleta o la natación serán opciones muy interesantes.
Gradualmente se podrán incorporar otras disciplinas más exigentes según los deseos de la mujer. Pero no hay que olvidar dos aspectos en este sentido. Primero se aconseja incorporar rutinas para fortalecer el suelo pélvico.
Y segundo, como hábito saludable, el ejercicio siempre se recomienda de forma constante, no sólo por recuperar la figura sino por la salud. Y además puedes encontrar un ejercicio que puedas realizar con tu bebé como un bonito paseo o una ligera marcha en bicicleta.